Jueves de arcilla.

Hoy he ido un poco antes a clase y junto con mi maestra profesional hemos preparado el aula para trabajar con los alumnos. Después hemos ido al patio con las demás maestras de educación infantil para recibir a los alumnos. Cuando iban llegando casi todos los alumnos me reciben ya con un beso al igual que a las demás maestras. Incluso se quedan a mi lado esperando que suene la campana para ir a clase.

Al sonar la campana, fuimos al aula de usos múltiples para trabajar la conciencia fonológica. Donde destacaré algunos problemas de comprensión tanto de los ejercicios de enumerar los sonidos de las palabras, comprensión del significado de las palabras y de pronunciación de los sonidos "r". También existen algunos problemas a la hora de categorizar (aves e insectos) por parte de uno de los alumnos pudiendo producirse por la falta de atención en las explicaciones de la maestra. Durante esta clase además de los ejercicios nombrados se contó un cuento para trabajar la letra “ch” llamado “Chivo Chivon”. Donde los alumnos practican el sonido de esta letra en distintas palabras, aprender vocabulario y se ayuda a los alumnos a ir teniendo una lectura comprensiva a través de la realización de preguntas sobre el cuento.

Después subimos al aula donde se realizó una asamblea donde varios alumnos me preguntaron si me iba ya del colegio. Mostrándose tristes y preocupados. Les dije que aunque me vaya iré a visitarlos de vez en cuando y que el año que viene si puedo estaré en el mismo colegio y nos podremos ver. Además se contó el cuento de la “Mudita Ch”, donde además se nombraron algunas palabras que contienen la “Ch”, así como su pronunciación.  Además se les recordó todo lo aprendido sobre el desierto y se les explicó dos fichas relacionada con este tema. Donde se trabajaban la direccionalidad (derecha e izquierda), los colores, y los números (contar el número de flores de los cactus). Además de una ficha para trabajar el trazo de la letra (ch) donde se trabajaban también los colores y la motricidad fina.

Tras ello, los alumnos sacaron el desayuno que incluía piezas de fruta (para los alumnos con familias de pocos recursos). Y también para el resto de alumnos donde especialmente la pera gustaba y en general todos probaron de ella.

Durante el recreo estuve trabajando en el diario de clase, terminando el diseño de unas camisetas para las Olimpiadas de los alumnos y colgando unas mariposas por el aula que yo misma había realizado en mi casa para decorar el aula con  motivo de la llegada de la primavera. Cuando los alumnos volvieron del recreo se lavaron las manos  e hicimos clase de relajación con música clásica (que vamos cambiando todos los días). Donde en general los alumnos reposaron bien exceptuando a dos alumnos que charlaban, por lo que les anime a estar en silencio y para ello utilice el recurso de las cosquillitas en la cabeza.

Mientras la maestra continuaba con la relajación prepare los materiales necesarios para continuar con mi intervención educativa en el aula trabajando el tema de los “Tuareg y el desierto”. En este caso los alumnos elaborarían un vaso de arcilla con un método sencillo mostrado por mí como ejemplo. La forma en la que se llevó a cabo fue la siguiente se preparó una mesa (barreño con agua, plásticos, arcilla y palillos). Los alumnos que fueran terminando las fichas iniciadas en la mañana se fueron pasando a mi mesa donde primero recordábamos todo lo aprendido sobre los Tuareg y después se les explicó paso a paso la forma de hacer el vaso. 

Se realizaron dos tandas (5 alumnos en la primera y 4 en la segunda) de alumnos a los que se les atendía de forma bastante individualizada (ya que son eran 9 alumnos). Los alumnos que iban acabando podían realizar una figura libre (hicieron un Tuareg, una pulsera y una pelota decorada). Y tras lavarse las manos podían jugar libremente a lo que quisieran. En la segunda tanda la maestra y yo tuvimos que casi hacer a dos alumnos  sus vasos uno de ellos por falta de soltura en la motricidad fina y atención y el otro alumno por falta de atención.